"Quiero ganarme el cariño de la afición con el día a día"
Con
estas palabras respondió Eto'o ante su nuevo equipo tras no besar el
escudo. ¿Besar el escudo?. Un "tradición" que los jugadores con caché de
supercrack hacen en sus presentaciones en su nuevo club.
Este
verano ya lo inició Cristiano Ronaldo en el Madrid (¿por voluntad
propia?). En el caso de otros flamantes fichajes blancos, Albiol se
resistió ante la petición del respetable a "que bese el escudo, que bese
el escudo", al igual que el francés Benzema.
Juanito también
dejó sus labios en el escudo del Atlético de Madrid (desconozco si por
su propia voluntad u obligado por la afición), al igual que Zlatan
Ibrahimovic, que después de hacerse la foto con Laporta con su nueva
camiseta, el sueco, camiseta en mano y puño en alto, besó el escudo del
Barça. Ya, sobre el tapete verde del Camp Nou, la afición le pedía ese
gesto.
Y al día siguiente, portadas y páginas interiores con las instantáneas de ese momento.
Pero, ¿por qué se besa el escudo?
Si Ibrahimovic en vez de ir al Barça, se va al Madrid, ¿hubiera besado el escudo como lo hizo la primera vez?
O si CR9, por cosas de la vida, recala en el Barça, ¿también hubiera besado el escudo?
Los
jugadores recién incorporados besan el escudo por haber cumplido el
sueño de jugar en ese club, para demostrar que lo darán todo, para
empezar a ganarse al público o simplemente para rellenar páginas de
rotativos deportivos.
Pero ojo, con esto no estoy diciendo que
Eto'o no tenga razón. El "león indomable" tiene mucha razón al decir que
prefiere ganarse el cariño dentro del campo marcando goles y ganando
títulos.
Sinceramente me da igual si besan el escudo o no, aunque
prefiero que bese el escudo un jugador de casa (Messi, Xavi, Iniesta,
Casillas, Raúl...). Lo que verdad me importa es que a la hora de la
verdad, los nuevos jugadores del club al que sigo, marquen y jueguen
bien, porque si no el cariño conseguido con ese beso, se habrá perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario